Desconexión de riesgo

Por primera vez desde que se completó el traspaso de las competencias educativas a Cantabria, el Gobierno regional ha separado en consejerías diferentes la política universitaria y la de educación no universitaria, sin que por otra parte la educación superior se haya fundido con la consejería que oficialmente promueve la innovación. Esta desconexión entre universidad, educación e innovación constituye un experimento de resultados imprevisibles.

Al separar colegios e institutos de la universidad, se debilita el lazo natural que suscita las vocaciones universitarias, así como la debida coordinación entre mejora de la calidad, impulso a la Formación Profesional, y transformación de la educación superior. Si a esto se le agrega la posible desaparición de la selectividad, por no hablar de la competencia, tanto presencial como a distancia, que está surgiendo en el entorno de la universidad pública, la perspectiva inquieta.

A su vez, la promoción de las actividades de I+D+i, de apremiante necesidad tanto para recuperar tejido científico como para incrementar la transferencia de conocimiento, difícilmente se verá favorecida si institucionalmente está separada de la estrategia de innovación, con todos los matices y potencial discordante que ello, innecesariamente, introduce, y de lo que hay sobradas experiencias.

La introducción de tanta complejidad administrativa para tratar temas muy delicados como la ciencia y la universidad (no olvidemos que en una parte importante de la actividad docente e investigadora hay que tener en cuenta también a la Consejería de Sanidad) solo se justificaría si hubiera encima de la mesa un claro plan de actuación y unos beneficios tangibles a la vista. Pero no se observa integración, sino dispersión, de esfuerzos.

A su vez, restringir el horizonte mental del consejero de Educación a la adolescencia de sus administrados es poco justificable. Si ya a sus predecesores les costaba ocuparse de la educación superior, ahora que ni siquiera pertenece a la esfera competencial de la Consejería simplemente desaparece del mapa. ¿No se necesitaba acaso una mayor integración entre secundaria y universidad? ¿Es razonable que la relación con las empresas se divida en tres consejerías, una para la FP, otra para la universidad y otra para la I+D?

2017-01-03T13:01:15+00:00

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