Rodrigo Franco Menéndez terminó el año pasado sus estudios de Medicina en la Universidad de Cantabria y lo hizo de una manera excepcional porque, precisamente, por su Trabajo Fin de Grado ha sido galardonado con el premio de TFG de la Sociedad Española de Historia de la Medicina
EL GALLO.- ¿Qué supone para ti recibir este premio?
RODRIGO.- Es un gran honor recibir el reconocimiento de una institución tan representativa e importante como la Sociedad Española de historia de la Medicina. No debemos olvidar la función valedora de dicha institución por salvaguardar el conocimiento sobre la medicina así como la práctica médica.
EG.- ¿Era dura la competencia?
R.- Exactamente, no tengo conocimiento del número de personas que participaron en el mismo pero los requisitos necesarios para el concurso debían ser que el Trabajo Fin de Grado tratase sobre un tema de naturaleza histórico-médica, y fuese presentado y defendido en alguna universidad española durante el año 2015.
EG.- ¿Por qué crees que has sido merecedor de este premio?
R.- Creo que se ha premiado el rigor científico así como el hecho que es el único trabajo a nivel nacional que permite conocer con detalle la dinámica de la incorporación de las mujeres a la práctica médica profesional, identificando sus nombres, lugar de residencia así como la fecha de incorporación a la profesión.
EG.- Tu trabajo versa sobre la evolución en la profesión médica, ¿qué has descubierto a través de este trabajo?
R.- Hemos podido describir las transformaciones en la profesión médica a lo largo del siglo XX y documentar los diferentes ritmos de incorporación al ejercicio profesional de hombres y mujeres. A partir del análisis de una fuente inédita y anteriormente no explotada, que contenía 5315 registros correspondientes a los profesionales colegiados en Cantabria 1898-1998, se han analizado estos datos y se ha descrito la evolución temporal observándose claros periodos de expansión y recesión en la incorporación de nuevos profesionales al mercado sanitario. También se detectan diferencias en las dinámicas de colegiación de mujeres y varones, cuyos ritmos de acceso al ejercicio de la medicina no obedecen a las tendencias de ampliación o reducción global de la profesión médica.
EG.- ¿Cuál ha sido el papel de la mujer en la historia de la medicina cántabra?
R.- No hay constancia en Cantabria de ninguna médica colegiada entre 1898 y 1941, siendo Clotilde Hernando Aguayo registrada la primera en 1942.
En términos generales, es bien conocido que durante el siglo XX se produjo el fenómeno de feminización de la profesión médica en Cantabria así como en el resto del territorio nacional. Si las mujeres habían estado excluidas secularmente de la práctica médica legal, desde las últimas décadas del siglo XIX se van incorporando como alumnas a las facultades de medicina y al ejercicio profesional. La realidad actual, muestra el elevado índice de medicas colegiadas y en Cantabria este proceso de consolidación podría decirse ocurrió en la década de los años noventa del siglo pasado.
EG.- El que tu trabajo fuera tan laureado, ¿te ha abierto las puertas a nuevas oportunidades laborales?
R.- Estoy seguro que haber sido galardonado con este premio así como con el premio al mejor Trabajo Fin de Grado en las I Jornadas de estudios de las mujeres y de género de la Universidad de Cantabria en el pasado Marzo, será un importante punto de inflexión para mi realización final como profesional de la salud, pero actualmente me encuentro preparando el MIR y no tengo intención de buscar nuevas alternativas laborales por ahora.
EG.- Ahora que estás preparando el MIR, ¿en qué especialidad te gustaría centrarte?
R.- Un factor determinante será la calificación así como la localización geográfica, me decanto por el norte de la península, pero tengo en mente alguna especialidad quirúrgica.
EG.- ¿Crees que entre las diferentes especialidades de Medicina hay diferencias de género? ¿En qué has basado tu elección?
R.- Las últimas estadísticas oficiales de 2013 dejan a la luz que la cifra de colegiación médica femenina para el total de España era del 66.34%.
Bajo mi punto de vista, en el momento de elegir una especialidad médica no prima la distinción de género sino las preferencias personales subjetivas así como un cúmulo de factores externos tales como la oferta laboral del momento o las modas.
Este hecho no deja de ser tranquilizador para los pacientes, ya que en todas y cada una de las especialidades médicas se priman factores como la calidad técnica o la relación médico-paciente más que el género de la persona que viste la bata blanca.
EG.- Para los alumnos que están preparado el Trabajo Fin de Grado, ¿qué les aconsejarías?
R.- No existe ninguna receta mágica más que esforzarse, hacer algo que te guste y por último pero no menos importante, tener la confianza y la ayuda de una buena directora de Trabajo Fin de grado como ha sido mí caso.