Universidad y voto

En este número de EL GALLO los lectores pueden considerar un resumen de los programas universitarios de las principales fuerzas políticas que concurren a las elecciones del domingo 20 de diciembre. Nuestra revista tiene la libertad de pensamiento como frontispicio de su funcionamiento periodístico. Respetamos la libertad de todos, pero, en línea con el mejor periodismo anglosajón, también ejercemos la nuestra y nos pronunciamos sobre las grandes cuestiones del momento.

El Gobierno saliente del Partido Popular asumió la más difícil tarea económica que ningún otro gobierno haya afrontado desde la década de 1950. Pero, en solo año y medio, el rumbo de España cambió. Hoy es un país que destaca en el contexto de la UE por el fuerte aumento de su economía y de su empleo. El coste de nuestra deuda pública se separa ya poco del de Alemania.

El tiempo de recuperación no ha sido aún lo bastante largo como para que todos los sectores noten una mejoría contundente. Sin embargo, sería absurdo dejar de tomar un antibiótico porque a los dos días aún no ha terminado con la infección. Es necesario respetar la prescripción y tomarse todas las dosis necesarias. Del mismo modo, la receta económica que está mejorando la salud productiva de la nación debe aplicarse en toda su extensión, sin interrumpir el tratamiento ni provocar una grave recaída. El equipo económico actual suscita en todo el mundo credibilidad suficiente como para que se le permita llegar hasta el final con su programa.

Esta vez, sin embargo, las elecciones no versan solo sobre qué política económica podría dar mejores resultados para aumentar la recaudación y, con ello, los recursos para la educación y la ciencia. Esta vez es el concepto de España lo que está en juego, pues ningún español puede ignorar la trascendencia del desafío independentista en Cataluña. Algunos proponen la solución de un referéndum a la escocesa, olvidando la caja de Pandora que eso puede abrir en un país como España. Otros promueven un estado federal que nunca hemos tenido. No es un asunto solo económico, sino también educativo: la reducción del nivel de solidaridad interterritorial afectará a la capacidad de financiación de las autonomías más frágiles, como Cantabria. Y ello repercutirá en sus servicios básicos. No empobrecer a la institución a la que se quiere pedir parece un buen motivo para orientar el voto.

Por economía y por estado, creemos que lo más razonable es permitir que el proyecto de recuperación económica de España siga adelante, porque ni los desempleados, ni estudiantes, ni los servicios públicos de este país se merecen el retorno a los abismos de la recesión ni una fractura de la convivencia. Actualmente, la postura en conjunto menos fantasiosa y más realista en estos graves asuntos es la del Partido Popular, sin que ello signifique que otros programas carezcan de puntos interesantes y asumibles.

2017-01-03T13:01:12+00:00

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